Nos gustaría reconocer la labor de la sociedad civil organizada en torno a las comunidades lingüísticas de Europa. La voluntad de avanzar hacia una vida más democrática ha reaviva­do la reivindicación y ganas de vivir de la sociedad civil, gracias a lo cual se ha conseguido incidir en la sensibilización de la ciudadanía.

Por ello, los agentes sociales tendrán un gran peso en la preparación del Protocolo. La voluntad es poder construir una herramienta consensuada por los agentes y las organizaciones que actúan como altavoz de millones de ciudadanos europeos. Es innegable que partimos de realidades bien diferentes, pero los agentes sociales que trabajamos por la normalización de nuestras lenguas compartimos un objetivo similar. Así pues, este proceso también nos servirá para poder aprender los unos de los otros.